La Asociación de Mujeres Artesanas Estero Porteño se organizó para proteger 134,73 hectáreas de manglar en Puerto Bolívar, El Oro, al sur del Ecuador. Es la única organización de mujeres que es adjudicataria de un Acuerdo de Uso Sostenible y Custodia del Manglar que lo ha conseguido. Ahora preparan los documentos para la renovación con apoyo de Conservación Internacional Ecuador.

De derecha a izquierda Tatiana Macías, Narcisa Bohorquez, Rocío Reinoso, Marina Bohorquez, Cristina Tómala; al fondo el estero Huaylá y una de las 10 manchas de manglar que está protegido. Foto: Sebastián Espín, Conservación Internacional Ecuador.
El manglar es una excepción en Puerto Bolívar. Solo una franja delgada de mangles separa al estero Huaylá de las cientos de piscinas camaroneras levantadas hasta el borde mismo del agua, tierra adentro. Solo en la parte donde este pequeño brazo de mar se junta al canal que conduce al puerto hay una "mancha" de 10 hectáreas de un mangle que se ha salvado de la tala.
Ese mangle que aún permanece de pie, como testigo de lo que fue el ecosistema predominante en la zona, no está allí gratis, es el resultado de la protección de un puñado de mujeres vinculadas a la pesca artesanal de Puerto Bolívar. La mancha de 10 hectáreas que se divisa es parte de las 134,73 hectáreas que en el 2015 lograron que se les entregue bajo la figura del Acuerdo de Uso y Custodia del Manglar, una herramienta de manejo y conservación que en el Ecuador ha logrado proteger la mitad de los manglares que aún quedan (en este enlace la historia).
El área bajo la responsabilidad de la Asociación de Mujeres Artesanales Estero Porteño es un mosaico irregular compuesto por 10 bloques. Los parches de mangle se suman en áreas de decenas de hectáreas hasta completar las 134,73 hectáreas; las más grandes están al norte de Puerto Bolívar y recorren los contornos de los brazos de mar y las piscinas camaroneras. De esas manchas de mangle aún se recolectan conchas y cangrejos y aún tienen roces con los propietarios de las piscinas camaroneras.
Planometría de los 10 bloques de manglar que están bajo la custodia de la Asociación de Mujeres Artesanales Estero Porteño. Fuente: Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.
“La iniciativa de organizarnos y proteger el manglar nace de la necesidad de hacer un espacio para las mujeres porteñas del sector pesquero artesanal. Nosotros teníamos excelentes relaciones con las organizaciones de pescadores, pero veíamos que la mujer era relegada a un tercer y cuarto plano, hoy estamos en segundo plano, gracias a todo el trabajo realizado”, recuerda, Rocío Reinoso, expresidenta de Asociación de Mujeres Artesanas Estero Porteño.
Las mujeres de Estero Porteño se definen como cholas, mujeres de pescadores, hijas de mujeres recolectoras de concha, son hermanas, hijas, madres, sobrinas de pescadores, de cangrejeros y comerciantes de pescado… “Venimos de la pesca artesanal”.

Al fondo del estero Huaylá, una de las 10 manchas de manglar que está protegido. Foto: Sebastián Espín, Conservación Internacional Ecuador.
A Reinoso no le gusta usar la palabra empoderamiento de la mujer, la califica como trillada, en su lugar prefiere relatar cómo desde el 2005 empezaron a organizase entre las vecinas de Puerto Bolívar, entre compañeras para buscar tener voz y sobre todo, ejecutar sus ideas e iniciativas. Empezaron con mingas de limpieza, para mejorar la presentación del barrio de pescadores de Puerto Bolívar, conocido como Sector Estero Huaylá.
“Lanzaban a las calles toda la basura, las vísceras de pescado, los plásticos. Entre las compañeras decidimos que no se podía vivir así y empezamos con las mingas de limpieza, luego a clasificar la basura y ahora hay una compañera que hace bolsos con las fundas de basura. Ha sido un proceso largo”, afirma Reinoso.
El reconocimiento oficial de su organización, “la vida jurídica”, llegó el 6 de octubre del 2006 con el Acuerdo nro. 940 del Ministerio de Bienestar Social. Ya con este documento ingresaron formalmente a la Unión de Organizaciones de Producción Pesquera Artesanal de El Oro (UOPPAO) de las cuales sus parejas eran ya socios y a la vez se involucraron con el trabajo de organizaciones de mujeres de Guayaquil y El Oro como la Fundación Yerba Buena y el Movimiento de Mujeres del Oro (MMO).
“Fuimos parte de la UOPPAO para conocer cómo funcionaban las organizaciones de los varones y en ese contexto fuimos caminando… Nos vinculamos con Quimera, una organización que trabaja con las trabajadoras del sexo, fue duro hacer un espacio de mujeres”, recuerda Reinoso y las 12 compañeras presentes asienten y relatan más episodios de discriminación.
“Nos decían ‘Las rosaditas’, las ‘mujercitas’ en nuestro mismo barrio, las vagas las ociosas y cuando empezamos organizar mingas de limpieza en el barrio para que no este hecho una cochinada, nos lanzaban la basura encima y nos decían si van a recoger basura, tomen”, eso en lugar de desmotivarnos sirvió para que nos juntemos más, recalca Narcisa Bohórquez una de las socias de Estero Porteño.
Dentro de la UOPPAO consiguieron un curso de capacitación, pero al momento de participar solo dieron el cupo para tres integrantes de Estero Porteño. Los roces con la organización de hombres eran frecuentes hasta que decidieron no ser parte de esa organización provincial. Reinoso es tajante “la UOPPAO era machista y no se podía trabajar”.
Los esfuerzos para evidenciar el trabajo de la mujer en la pesca en la Asociación Estero Porteño son constantes. Su presidenta Marina Bohórquez, señala que la administradora Dayse Vargas no participó de la entrevista grupal que se realizó para este artículo, porque se encontraba pescando junto con su marido.
“Ella sale a pescar igual que su esposo, pero se habla solo del pescador, cuando la mujer además de salir al mar debe encargarse de las tareas de la casa”, apunta, doña Marina como le dicen sus compañeras. Ante esta afirmación le comentamos que en Bitácora Ambiental tratamos de hablar de las familias pescadoras.
Del reciclaje de escamas a proteger el manglar

Equipo técnico de la Asociación de Mujeres Artesanas Estero Porteño con Raúl Carvajal de Conservación Internacional Ecuador. Foto: Sebastián Espín, Conservación Internacional Ecuador.
Las mujeres de Estero Porteño desarrollaron varias iniciativas como el reciclaje de las escamas de pescado y los plásticos. Para el 2014 empezaron a plantearse la protección del Estero Huaylá y buscaron el mecanismo y les hablaron de los Acuerdos de Uso y Custodia del Manglar, con la asesoría de la la Universidad Técnica de Loja y otras organizaciones completaron los estudios y los documentos necesarios.
No fue una tarea fácil, se demoraron más de un año en completar los requisitos y en ser aprobados por el Ministerio del Ambiente. “A pesar de que hubo una orden directa del entonces presidente Rafael Correa, para que se agilite la entrega del manglar, los mandos medios no apuraron los trámites para lograr la firma del acuerdo de Uso y Custodia del Manglar.
A la resistencia de algunos funcionarios del Ministerio del Ambiente se sumó la presión de los camaroneros; y, fue precisamente otra mujer propietaria de una camaronera que boicoteó el proceso”, recuerda Reinoso y añade: “La señora camaronera se enteró antes que nosotros que teníamos ya el Acuerdo, fue a mi casa y me dijo que habían restado una parte para que su camaronera no quedara cercada por el manglar”.
A pesar de las demoras, el 3 de febrero del 2015 lograron el Acuerdo No. SGMC- 001-2015 que les entregaba 40,69 hectáreas de manglar; pero luego de insistir y realizar más estudios, en el 2018, el Ministerio del Ambiente amplió el área concesionada a134,73 hectáreas. El Acuerdo de Estero Porteño termina en el febrero del 2025, y están preparando su renovación para lo cual necesitan presentar varios documentos e informes técnicos.
“Estamos trabajando con Estero Proteño para lograr la renovación del Acuerdo de Uso y Custodia del Manglar, tenemos ya toda la documentación y avanzamos en el proceso”, recalca Raúl Carvajal, técnico de Conservación Internacional Ecuador, quien es el encargado del acompañamiento de esta organización.
“Para salvar el estero Huaylá era necesario que alguien actúe. Si no lo protegíamos nosotros, el estero ya no existiría. Y tomamos la protección del estero como nuestra bandera de lucha”, añade Narcisa Bohorquez y señala dos de los estudios biológicos que se han realizado en “su” estero: “vienen biólogos y estudian el manglar, las aves”.
Entre las responsabilidades que Estero Porteño tiene está el vigilar la tala de manglar, pera esto realizan patrullajes con la Armada, la Policía y el Ministerio del Ambiente.
“Está previsto un patrullaje conjunto para después del 10 de marzo” indica la presidenta Marina Bohórquez. Por las condiciones del país y las de El Oro, los patrullajes requieren apoyo de las Fuerzas Armadas. Ninguna lo reconoce, pero las extorsiones se mantienen en la provincia a pesar de los controles de los militares.
En el 2017 decidieron concentrarse en una sola actividad, en la protección ambiental y formaron el Centro Ecológico de Puerto Bolívar que está dedicado a la protección del entorno y sus iniciativas. “Este centro motiva a otros líderes para que se cuide los manglares y se proteja el brazo de mar. Hasta el Centro llegan compañeros de otras organizaciones para las mingas, las capacitaciones, es un punto de encuentro y de referencia de protección del manglar para toda la provincia, destaca Reinoso.
Huaylá una marca de bisutería ecológica
Fotos del proceso de elaboración de flores hechas con escamas de pescado. Fotos: Sebastián Espín, Conservación Internacional Ecuador.
Del trabajo de conservación del manglar nació Arte Huaylá, que es un “producto” de la Asociación de Mujeres Artesanas Estero Porteño. Empezó con el reciclaje de escamas de pescado. Este material lo tienen a la mano por estar vinculadas a la pesca artesanal.
De sus parientes o vecinos recolectan las escamas y las someten a un proceso para lavarlas, quitarles el olor y luego procesarles. El centro de operaciones es el taller de Rocío Reinoso, su expresidenta. Ella vive en la calle Tomás Spencer, justo en la orilla del Estero Huyalá. Hasta su casa ubicada al sur de Puerto Bolívar llegan sus compañeras a para las tareas administrativas, retirar material u organizarse.
En sus paredes están colgadas ocho placas que reconocen el trabajo de este grupo de mujeres por la defensa del ambiente. En el centro se destaca una del Gobierno Provincial Autónomo de El Oro, con “El mérito Defensa del Ambiente”, firmado por todos los alcaldes de la provincia en abril del 2012.
En una esquina está el escritorio donde almacenan los materiales y en el otro extremo una vitrina donde lucen las artesanías de conchas, escamas y los bolsos de plástico reciclado. Para las 25 mujeres que integran la Asociación, las artesanías son una labor que realizan en sus horas “libres” luego de trabajar o atender la casa se dedican el tiempo que pueden a enlazar una por una las escamas secas de corvinas o tornos para formar rosas, que luego pintan de varios colores.
También hacen pulseras, collares, pendientes, aretes… Estos delicados trabajos se venden en las ferias artesanales que acuerden con frecuencia y donde cada una lleva lo que ha producido. Su presidenta Margarita Bohórquez, se ha especializado en pulseras y es una de las que más vende. Rocío Reinoso, prefiere hacer collares y pendientes.
Para lograr estas artesanías, el primer impulso fue un taller de una semana con una artesana de Talara, al norte del Perú, quien les enseñó los primeros pasos para elaborar artesanías con las escamas de pescados. Luego participaron en otro taller con una maestra de Brasil con la cual consolidaron sus conocimientos.
La Asociación de Mujeres Artesanas Estero Porteño ofrece sus artesanías en redes sociales, en el enlace sus datos: Estero Porteño