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Cada bocado de fanesca extingue al bacalao de Galápagos

Foto del escritor: Franklin VegaFranklin Vega
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza incluyó al bacalao de Galápagos en la lista de especies en peligro crítico de extinción. La sobrepesca y la falta de regulaciones son las causas principales. Fanesca sí, pero sin bacalao de Galápagos que desaparece del mar.

Fotografía de 1938 que muestra un viaje típico de pesca de bacalao, con cuadrícula y medidas utilizadas en el estudio realizado por Paolo Usseglio. Fotografía de la Universidad del Sur de California.


En la Semana Santa de los católicos, hay una tradición culinaria que celebra la biodiversidad, la agrobiodiversidad. Hablamos de la fanesca, esa potente sopa que contiene 12 granos y que se sirve con pescado salado. El pez, según la tradición de las abuelas, tenía que ser bacalao y si era de Galápagos, mucho mejor.

 

Sin embargo, esta costumbre impulsó una pesca intensiva y permanente de bacalaos en el mar protegido que rodea las islas (la Reserva Marina de Galápagos), sin control ni regulaciones. Esto causó que esta especie disminuya su población al punto que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la incluyó en la lista de especies en peligro crítico de extinción. Es decir que bacalao de Galápagos (Mycteroperca olfax), si no se deja de pescar desaparecerá para siempre de los mares de las islas, que es el único lugar en el mundo donde se lo puede encontrar.

 

Tenga esto en cuenta a la hora de preparar o comprar una fanesca. Pregunte si el bacalao es de Galápagos antes de ser "cómplice" de la extinción de una especie marina que marcó la historia de las islas. Si igual consumirá la fanesca con bacalao galapagueño, que sea consciente que está comiendo de los últimos ejemplares de esta especie endémica del archipiélago.


No, no estamos exagerando. Para llegar a este nivel de alerta, los científicos han realizado monitoreos de la población de bacalaos desde hace más de 30 años. Los resultados de estos estudios fueron revisados por especialistas de universidades siguiendo con rigurosidad el método científico, no es alarmismo ambiental o ecologismo sin condumio. Hay ciencia detrás de la declaratoria de especie en peligro crítico de extinción.

 

La primera voz de alarma se dio en el 2010, en ese año se advirtió que, si los niveles de captura de bacalao se mantenían, la especie colapsaría. Pero en Galápagos pocas veces se imponen los estudios y las decisiones técnicas, especialmente cuando se trata de “recursos pesqueros”. Es suficiente ver lo que pasa con los pepinos de mar o las langostas, el nivel de capturas es solo una fracción de lo registrado hace 20 años.


En el 2016, el investigador Paolo Usseglio publicó un estudio científico sobre el bacalao de Galápagos en el cual analizaron las capturas de esta especie desde 1925 utilizando fotografías antiguas y reportes oficiales de las autoridades locales.


Los resultados no pudieron ser más alarmantes: 95,7% de los bacalaos fueron pescados sin que alcancen el tamaño necesario para reproducirse, solamente el 4,7% alcanzó el tamaño óptimo de captura. En el análisis observaron un decrecimiento de la población.

 

Las alertas de los científicos no llegaron a buen puerto. En diciembre el 2023 se conocía que los bacalaos de Galápagos ingresaban a la lista de especies por desaparecer para siempre del mar. No se aplicaron las recomendaciones que buscaban regular la pesca con épocas de veda cuando los bacalaos se reproducen, la idea era aparentemente simple dejar que la especie se recupere, no fue el caso.

 

Además, el bacalao de Galápagos no es un bacalao como los del Océano Atlántico. El de las islas es pariente de los meros, pero fue bautizado así por los pioneros noruegos que se instalaron en la isla Santa Cruz por 1920; ya que le encontraron muy parecido al bacalao nórdico por su consistencia aceitosa.


Junto con el bacalao de Galápagos, el camotillo (Paralabrax albomaculatus) también está en la lista de especies en peligro crítico de extinción de la UICN.

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