Los pescadores, cangrejeros y concheros pagan 20 dólares semanales a los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) en la Costa del Ecuador continental; este pago es una forma de extorsión llamada "vacuna" y que se refleja con el uso de camisetas de diferentes colores para cubrir los motores fuera de borda.
Los motores fuera de borda se cubren con camisetas, cada color corresponde a un Grupos de Delincuencia Organizada (GDO). Foto: Bitácora Ambiental
Al recorrer la Costa del Ecuador continental hay un detalle que llama la atención al ver las lanchas o fibras de pesca. Desde Esmeraldas hasta Puerto Bolívar (El Oro) la mayoría de embarcaciones artesanales de pesca tienen sus motores cubiertos con camisetas.
La primera idea que surge es que los hombres y mujeres del mar quieren cuidar el motor, que cuesta nuevo USD 4.500 para uno de 30 Hp hasta los USD 33.000 para los de 324 Hp. Aunque la mayoría se apaña con motores de 75 Hp o 100 Hp que bordean los 8.000 dólares. Pero no es esa la explicación para las prendas de vestir en los motores, cada camiseta es una vacuna, la muestra de la extorsión a los navegantes.
Las camisetas sobre los motores fuera de borda solo reflejan el temor de los pescadores, cangrejeros y concheros en toda la Costa. El color de la prenda de vestir refleja a qué banda son obligados a pagar USD 20 por semana por cada motor. Por lo general un miembro de cada comunidad es seleccionado por las bandas o Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) para recolectar el dinero, llegan a las asambleas y dicen “aquí hay 100 camisetas y son USD 2.000 por semana para la comuna o asociación”.
Quienes navegan en el Golfo de Guayaquil y pueden pagarlo, utilizan chalecos antibalas. Foto Bitácora Ambiental
No hay opciones ni garantías. Incluso con los "pagos al día", los pescadores son asaltados en el mar; son el reflejo de las vacunas. Es común ver a bordo de las lanchas de pesca, motoristas con chalecos antibalas. Junto con esta protección física, se restringe la navegación a las horas de marea alta para tener más rutas de escape ante un eventual ataque.
Las camisetas de deben colocar una en cada motor; si una lancha tienen dos motores, paga doble. Previo a la entrega de estos distintivos se realizan labores de inteligencia, a veces con la ayuda de alguna persona dentro de la misma comunidad. Los GDO saben las rutinas, la cantidad de viajes que realizan y las rutas previo a la imposición del cobro y hasta el volumen de pesca o recolección de cangrejos o conchas, ya que el valor también aplica a los integrantes de asociaciones de cangrejeros o recolectores de conchas.
Las camisetas solo sirven para rutas concretas, una puede servir para Guayaquil, pero no garantiza el paso a Posorja o para Balao o peor para otras provincias. En voz baja mencionan a los Tiguerones, Choneros, los Lagartos como los responsables.
No hay garantías que el pago de la vacuna signifique que no sean asaltados en el mar. Foto: Bitácora Ambiental.
Pocos son quienes desafían esta extorsión en el mar, que se maximiza en las zonas con manglares, por las condiciones propias de los canales con innumerables recovecos. “Hay que pagar, sino van directo a matarnos cuando salimos en los barcos”, comentan con resignación un grupo de El Oro.
La semana pasada, en el Golfo de Guayaquil un cadáver fue encontrado flotando en medio de un estero. Con una cuerda delgada, uno de los comuneros ató el cuerpo a la fibra y lo remolcó hasta la comunidad. “Por lo menos encontraron el cuerpo y pueden enterrarlo, hay compañeros que les botan al mar y nunca aparecen”, menciona uno de los pescadores, de quien omitiremos el nombre o su ubicación.
“Hubo un asalto en el mar y al lanzarse al mar, las balas le alcanzaron. No pudieron huir. Dos de sus compañeros se salvaron. Vamos a llamarles para que vengan a recoger el cuerpo”, es una de las versiones de un grupo de pescadores. La potencia de las embarcaciones hace la diferencia, mientras los piratas navegan con lanchas con dos motores de 250 Hp, las comunidades apenas utilizan uno de 100 o cuando mucho dos de 75 HP. Es decir, tienen el doble de potencia que les permite huir luego de asaltar.
Los pescadores piden más controles de la Armada, que las custodias marina se incluyan a los cangrejeros y concheros. Foto: Bitácora Ambiental
“El finado es uno de cientos; si pregunta en las comunidades pesqueras, acá en Esmeraldas todas tienen uno o más muertos”, recalca un pescador y añade que por el miedo no se habla de esto en la comuna: “cada semana hay varios muñecos (nombre que dan a los cadáveres en Esmeraldas), algunos aparecen en los esteros, cerca de las camaroneras”.
En todas las conversaciones con los pescadores, el principal reclamo es el de la seguridad. “Nos están matando y no hay quien nos defienda”, señala un pescador de Esmeraldas para luego recordar que la matanza en el puerto pesquero del año pasado fue por un ajuste de cuentas. El perjuicio al llevarse la principal herramienta de trabajo: el motor fuera de borda es devastador para las familias y las comunidades: “Estamos endeudados, nos endeudamos y nos roban, ¿cómo podemos trabajar?”.
Todos los pescadores consultados reconocen que la piratería no es un tema reciente. “Siempre hubo piratas y ladrones, pero desde el 2017 empezaron a envalentonarse cada vez más”. El año mencionado por los pescadores coincide con las reformas en la distribución de los destacamentos de Policía rurales en la zona del Golfo de Guayaquil y los espaciamientos de los patrullajes de la Armada.
Durante una semana recorrimos el Golfo de Guayaquil y solo observamos una vez la presencia de patrulleras de la Armada del Ecuador. Los barcos que transportan camarones navegan con custodia de seguridad privada durante todo el día. Fotos: Bitácora Ambiental
“Los policías estuvieron 7 años en la comunidad y el 15 de diciembre del 2022 los retiraron, dijeron que iban a volver el 15 de enero del 2023, pero hasta ahora nada. Les sacaron a pesar de que nosotros apoyábamos en los patrullajes y sacábamos a gente que no era de la zona; así controlábamos que no venga gente desconocida y la vigilancia la hacíamos en nuestras propias lanchas, a veces íbamos a requisar y nos recibían con bala, pero la Policía y la Armada nos acompañaban”, relata otro pescador, que se lamenta que desde el 2023 las vacunas se impusieron.
La lista de testimonios es extensa: “Hemos hecho gestiones para que nos devuelvan a los policías, hemos hablado junto con Gabriela Cruz (representante de los pescadores artesanales) con el ministro Zapata, nos ofrecieron para octubre hasta que se incorporen nuevos policías y hasta ahora (diciembre) no logramos que regresen”.
El miedo limita las salidas y los viajes de los pescadores. “Ya no podemos salir por miedo a que los piratas se lleven la lancha, los motores o nos maten. Esta falta de apoyo y recursos de los ministerios empezó en el Gobierno de Lenin Moreno hasta vivir el abandono de hoy”, relata un ex dirigente de una agrupación de pescadores de Guayas.
En el Puerto Pesquero de Esmeraldas hubo un ataque en armado por parte de un GDO en abril pasado. Foto: Bitácora Ambiental
Piden que la Armada realice más patrullajes marinos. “La Armada solo custodia a las camaroneras, cuando les llaman de las comunidades, dicen que no tienen gasolina”, relata otro pescador.
Solicitamos la versión de la Armada sobre los patrullajes en la zona del Golfo de Guayaquil, Esmeraldas y El Oro, pero no hemos tenido aún respuesta.
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