En la Amazonía, las áreas protegidas ya no son garantes de protección, eso se demuestra en la Reserva de Producción Faunística El Cuyabeno. La presión alrededor de esta área a causa del crecimiento poblacional es una tendencia imparable. La especulación del suelo, la fragmentación de las propiedades indígenas y el turismo desbocado, se suman a una larga lista de afectaciones a este espacio de protección de la biodiversidad. En tanto estos problemas se le escapan de las manos al Ministerio del Ambiente y Agua y a las municipalidades, el panorama es incierto sin una política clara e integral de ordenamiento territorial en el horizonte cercano.
Este artículo es la segunda publicación de una serie de notas sobre el tema de ordenamiento territorial para la conservación en el Ecuador.
Guacamaya (Ara ararauna) en el Cuyabeno tomada del libro Flora y Fauna del Cuyabeno de Paul Tufiño/SIMBIOE
La Reserva de Reproducción de Fauna Cuyabeno se encuentra en la Amazonía norte del Ecuador frontera con Perú y Colombia. Esta área protegida, comparte jurisdicción con cinco municipalidades: Lago Agrio, Cuyabeno, Putumayo, Shushufindi y Aguarico. En este territorio cohabitan grupos mestizos, indígenas y afrodescendientes que se asientan en las urbes y en las zonas rurales con títulos comunitarios e individuales. El área protegida por sí misma, es hogar de cinco nacionalidades, es un hot spot de turismo en una zona fronteriza; lo cual hace que sea un caso representativo de varios conflictos por el uso de suelo. A continuación detallamos los más relevantes.
Mapa administrativo del territorio donde se asienta el área protegida Cuyabeno (color celeste)
Por asentamientos informales para cambiar el uso de suelo de bosques a agropecuarios
El área protegida el Cuyabeno, se creó en 1979 y desde entonces su área territorial ha variado. En 1991 se amplió de 254 mil hectáreas a 655 mil hectáreas. En 1993, se desmembró 52 mil hectáreas debido a presiones de pobladores asentados dentro del área correspondiente a Lago Agrio y Putumayo. En 1999 se crea la zona intangible Cuyabeno que abarca 453 mil hectáreas, para salvaguardar este territorio. En 2012 se realizó otra reducción del territorio debido a asentamientos. Estos problemas continuan en la actualidad, por ejemplo, en el informe de la Dirección Provincial de Sucumbíos se reconoce que en 2019 se logró sacar de manera voluntaria a un invasor de 2.7 Ha dentro del área protegida. Sin embargo, las presiones de la expansión de la población alrededor de las zonas urbanas y nuevos asentamientos rurales amenazan esta área.
Captura de Facebook del Ministerio del Ambiente y Agua que informa de la reforestación.
Reserva De Producción Faunística El Cuyabeno Foto: Cristina Terán
Datos anecdóticos reafirman la relación a conflictos de uso de suelo por parte de las municipalidades y asentamientos informales. Cuando el asentamiento se consolida, sus representantes solicitan servicios básicos a la municipalidad, la cual por encontrarse en un área protegida o su zona de influencia niega estas peticiones. Aunque en muchos casos la empresa eléctrica (Corporación Nacional de Electricidad, CNEL) sede a las presiones y otorga este servicio básico, dando a estas poblaciones un aliciente jurídico para su constitución. A la final se vuelven entornos políticos donde poco a poco se constituyen en asentamientos de hecho. La municipalidad de Cuyabeno que tiene el 80% de su territorio designado como área protegida señala estos conflictos en su PDOT
"Las invasiones hacia el interior de la Reserva se han realizado con el afán de posesionarse de una considerable extensión de terreno..., cabe mencionar que en los últimos años el móvil de las invasiones ha sido el acaparamiento de tierras con propósitos especulativos". PDOT Municipio de Cuyabeno
Según entrevistas al personal municipal, una vez la población se asienta, la autoridad provincial ajena a este ordenamiento ambiental y dentro de sus competencias productivas, apoya a estas poblaciones con programas de fomento agrícola como la entrega de semillas de maíz, pastos, plantas de cacao. Después, abre caminos secundarios que se vuelven líneas de comercio de madera. Es importante mencionar que el Plan de Manejo del área protegida el Cuyabeno, también reconoce el tema de tenencia de la tierra como un conflicto que necesita enmendarse debido a que existen comunidades mestizas que se asentaron antes y después de la creación de la reserva y su expansión ligada a lo antes descrito es preocupante.
Sin embargo, desde la experiencia de investigación personal hasta el 2019 muchas personas en estos asentamiento viven en las zonas urbanas y pelean por derechos de propiedad por especulación y no por necesidad. Este modus operandis fue señalado también en 1992 en la investigación "Ecología Política del Cuyabeno". Los pobladores irregulares cambian el uso de suelo de bosque a pastos o cultivos anuales para afirmar su posesión sobre el terreno.
Mapa de usos de suelo al 2016. Nótese la presión del cambio de uso de suelo de bosques a tierra agropecuaria (amarillo) es notoria. Los factores atrás de esta expansión en los límites de la reserva están ligados a invasiones y cambios de uso de suelo.
Deficiente planificación de la actividad turística del área protegida y especulación del suelo para fines turísticos
El Cuyabeno tiene una tendencia al crecimiento de la actividad turística, debido a que esta área dentro de su clasificación permite visitantes. Existen 14 lodges (albergues u hoteles) u operadoras de turismo dentro del áre protegida. Sin embargo, según información proporcionada por una de las municipalidades que tienen la competencia de turismo, esta actividad no reporta ningún beneficio en tema de impuestos; aunque sí, gastos de recolección de basura y mantenimiento general de los servicios básicos que usan los turistas. Las municipalidades no reciben ingresos adecuados por la licencia única anual de funcionamiento (LUAF) debido a que las operadoras que trabajan en Cuyabeno se localizan en su mayoría en Quito. Es decir tributan a la municipalidad capitalina.
Así también, la Jefatura del área protegida el Cuyabeno, no cobra entrada, a pesar de que presta su contingente para organizar las actividades turísticas y brindar instalaciones básicas en sus centros de interpretación como baños y duchas. Los recursos con los que cuenta esta área protegida son mínimos en personal y en presupuesto. El equipo de guardaparques hace malabares para asegurar por un lado la protección de la biodiversidad frente a los conflictos permanentes que enfrenta el área y por el otro para ser un centro de interpretación que motive a la población local en la importancia de la conservación.
Turistas en Cuyabeno Foto: Marc Metral
La especulación de la tierra se produce para ampliar o incrementar la infraestructura hotelera. Los terrenos son adquiridos por inversionistas pero existen conflictos con las comunidades debido a que estos predios son cedidos a terceros sin un consenso comunitario. Durante la investigación, en una entrevista informal, una inversionista que dijo haber comprado terrenos en una comunidad indígena se quejaba que no podía llegar a un acuerdo con la comunidad, debido a que querían forzarla a que el servicio de guías y botes sea con ellos.
"Muchos extranjeros han quebrado en esta zona por que las comunidades no nos dejan trabajar, primero nos venden los terrenos y luego comienzan a extorsionarnos. A un señor le botaron de su lodge y no le dejaron ni sacar las cosas del lugar". Inversionista de un hotel en Cuyabeno
Según un análisis hecho con los guardaparques de Cuyabeno, existen conflictos que han requerido mucho trabajo con las comunidades para evitar sobrecargar de visitantes en la laguna grande. Un plan de turismo con base en el ordenamiento del territorio, el plan de manejo del área protegida y los planes de vida de las comunidades es indispensable por cada municipio. En la actualidad existen planes de turismo pero con componentes de desarrollo económico; los cuales, no integran los asuntos de uso de suelo o las perspectivas de las comunidades sobre su territorio y el turismo. Estos conflictos llegan porque la mayoría de inversiones y operaciones turísticas no dejan dinero en las localidades, sino en las manos de inversionistas y operadoras foráneas.
Las comunidades ven que el turismo que llega al Cuyabeno no deja ganancias para las familias locales. Todo el dinero sale en tanto que el cuidado del recurso se espera que salga de ellos solo por ser "indígenas". Entonces algunos miembros de las comunidades venden el derecho de sus terrenos con promesas de trabajo en el nuevo emprendimiento hotelero. Sin embargo, los conflictos por el control de las guías y el transporte fluvial no tardan en aparecer. Funcionario de un Gobierno Local que trabaja con comunidades indígenas
Transporte pluvial en Zancudo Cocha Foto: Henry Moya
Por la fragmentación del suelo dentro de comunidades indígenas
Se reconoce por parte de actores clave locales que fueron entrevistados, que el aumento de la población resultan en la división de los territorios indígenas y en el levantamiento de nuevos asentamientos en otros sitios del área protegida el Cuyabeno. El Plan de Manejo de esta área protegida, cita que en 1999 existían siete comunidades, según Ormaza para el 2008 existían ocho y para el 2012 aumentaron a once. Los conflictos recientes por las pugnas internas por ocupación del territorio son un problema latente como lo indica el Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE), el más reciente es entre las comunidades Cofán Zábalo y Kichwa de Playas de Cuyabeno.
Es importante recordar que dentro del Cuyabeno casi la totalidad de su territorio está habitado por cinco etnias: Siona, Secoya, Cofán, Shuar y Kichwa. Las comunidades indígenas están inmersas en la planificación de los entes gubernamentales, sin embargo, sus dinámicas sociales, culturales y económicas aún no son integradas de manera coherente en los instrumentos de planificación. En la actualidad, en las provincias de Sucumbíos y Orellana se retoma el uso de los Planes de Vida como un instrumento de participación directa y gobernanza de las nacionalidades. Sin embargo, el crecimiento de estas poblaciones y su necesidad de dividir las propiedades crece.
Captura de Facebook del Ministerio del Ambiente y Agua que informa de un desalojo.
Entonces...
En el Ecuador, no existe una Política Integral de Ordenamiento Territorial que considere las diferentes aristas que deben conformar algo tan delicado, como la planificación del territorio, en especial en donde existen áreas protegidas como el Cuyabeno. Para las municipalidades vinculadas al Cuyabeno, el ordenamiento del territorio consiste en partir el territorio en áreas protegidas y lo demás darle un uso urbano o agrícola.
Estas visiones separatistas del espacio solo afectan a la biodiversidad y los medios de vida que dependen de esta área protegida. Cada día los suelos frágiles, como los humedales del Cuyabeno, se ven amenazados por un fenómeno reciente el crecimiento rápido de las urbes amazónicas. Esta región del Ecuador cuenta con la densidad poblacional más alta en Sur América (6,2 habitantes/Km2) y la tendencia es que no pare.
Es importante mencionar que en este contexto, las áreas protegidas están consideradas en las normas constitucionales, por lo cual la supremacía de estas prima en su aplicación directa, incluso en caso de no existir la normativa complementaria. Pero el suelo que las rodea, a cargo de las municipalidades -aunque fuera del área protegida- también requiere una categorización de suelo que debe estar acorde a la protección de todo el ecosistema. Es decir, no vale de nada proteger dentro si afuera de la reserva no se regula.
En un escenario compartido entre la Autoridad Ambiental y los Gobiernos Locales, sería el ordenamiento ambiental el que debería primar. Es decir, la categorización ambiental (Art. 105 del Código Orgánico Ambiental) debería ser un instrumento de ordenamiento mayor, desde el cual se realice el anclaje a los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial. Para que esto suceda, es indispensable que el Ministerio del Ambiente y Agua entregue los instrumentos necesarios y la normativa técnica a las municipalidades.
Es importante que las municipalidades que comparten un área protegida también contemplen lineamientos de ordenamiento ambiental en sus usos de suelo, porque en la actualidad solo se contemplan las áreas protegidas. La degradación ambiental en ciudades como Lago Agrio es notoria, se cambian humedales por suelos agrícolas o lotizaciones, sin consideraciones ecológicas y se incentiva la ampliación de una frontera agrícola innecesaria (abordaremos este tema en una pronta entrega).
En general, el personal de los gobiernos locales necesita mejorar sus capacidades (capacitación) sobre el ordenamiento territorial con enfoque ambiental. Para que esto suceda, las capacidades del Ministerio del Ambiente y Agua deben también ser revisadas y potenciadas en torno a este tema. Esto implicaría recursos humanos a nivel nacional y local. Algo de trabajo en este sentido fue activado por el ex Ministro de Ambiente Tarzicio Granizo, a través del Consejo Sectorial de Hábitat y Ambiente, pero no tuvo seguimiento.
En el Ecuador, en un panorama de aumento en las agroexportaciones y la urbanización desmedida el suelo es un recurso escaso; y, el futuro cercano de muchas zonas frágiles es incierto. Sin duda, generar una Política Integral de Ordenamiento Territorial donde la naturaleza y los medios productivos sotenibles tengan cabida, es el tema más urgente de la agenda ambiental del Ecuador.
Atardecer en la laguna grande, Cuyabeno. Foto: Cristina Terán
Nota 1. Esta nota es un seguimiento al trabajo de la autora Mejia, 2018. Ordenamiento territorial y áreas protegidas: Oportunidades para la articulación institucional entre las oficinas provinciales – regionales del Ministerio del Ambiente MAE y los Gobiernos Autónomos Descentralizados GAD - Ecuador. Proyecto IAPA – Visión Amazónica. Unión Europea, Redparques, WWF, FAO, UICN, ONU Medio Ambiente. Bogotá, Colombia.
Nota 2. Temas de deforestación y otros de extracción petrolera han sido extensamente cubiertos por literatura y mencionados entre líneas en periódicos. Sin embargo, los conflictos por el uso de suelo son los más perversos para la reserva y permiten en lo posterior la degradación del área por extractivismo.
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