La tarde del 1 de octubre pasado Peter Freire hizo su última inmersión en la isla Darwin, al extremo norte de la Reserva Marina de Galápagos. Este lugar junto con el islote Wolf son considerados un santuario de tiburones por la gran cantidad de ejemplares que se observan en sus aguas.
La inmersión empezó a las 16:00 y luego de 35 minutos divisó a 18 metros de profundidad una hembra de tiburón ballena, el pez más grande del mundo (ver infografía al final) con una red (presumiblemente de cerco, empleada por los barcos atuneros) en su cuerpo. Freire de inmediato se dirigió hacia el imponente animal y empezó la ardua tarea de cortar el cabo con un cuchillo.
Mientras realizaba esta maniobra, el pez descendía aún más. Freire indica que descendió hasta los 26,7 metros de profundidad cuando logró cortar el cabo y la malla que envolvían al animal. No cortó las redes de pesca en las aletas pectorales porque una vez rota la cuerda principal, se desprenderían del tiburón ballena.
"Afortunadamente el cuchillo que tenía estaba con buen filo y se pudo cortar la cuerda y malla a tiempo", recalca Freire. El límite para el descenso de los buzos con la mezcla de aire (con nitrox al 32%) que llevaba Freire es de 34 metros. Si superaba esa profundidad, los buzos mueren por la toxicidad de la mezcla.
La maniobra de Freire demoró entre 6 y 8 minutos y una vez liberado el tiburón, inició el retorno a la superficie. "El ascenso se lo hace lento a una velocidad de 18 metros por minuto, pero para eso tenemos computadoras de buceo, lo importante es tener suficiente aire para salir; yo tengo buen consumo todavía, salí con medio tanque".
Freire calcula que el tiburón ballena arrastraba la red durante una semana por lo menos, ya que el arte de pesca industrial estaba incrustado en la piel cerca de 10 centímetros.
"Se hallan (las redes fantasma) con frecuencia en la superficie, pero no fue la primera vez que encontré un tiburón Ballena enredado. En realidad, por la adrenalina del momento y con la ganas de salvar el animal uno solo actúa por instinto pero siempre estuve atento a mi computadora de no pasar la profundidad de límite, chequear mi aire y también de no enredarme con la malla y si logré cortar la red y cabo grueso que se habían incrustado en la piel casi 10 cm en el lomo del pobre animal"
El tiburón ballena está en peligro de extinción y es completamente inofensivo para los seres humanos. Se alimenta de peces pequeños y crustáceos que filtra con su enorme boca. Se lo considera una criatura dócil y los buzos suelen nadar cerca de ellos.
Son frecuentes las interacciones de los tiburones ballena con los barcos atuneros o cerqueros. Una de us principales amenazas es la sobre pesca y como Peter Freire lo documentó las artes de pesca abandonadas.
Infografia del tiburón ballena tomada de Más Galápagos
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