En un vuelo con dron, a inicios de 2024 activistas comprobaron que la represa no deja fluir el caudal ecológico mínimo. Foto: Cortesía.
El domingo 21 de febrero de 2021, Ben Stookesberry, Nouria Newman y Diego Robles, miraron desde un acantilado la fuerza arrasadora del río Pusuno, en Napo, Ecuador. Estaban calculando si era prudente subirse a ese monstruo que convierte el agua en espuma con el impulso de su caudal para hacer kayak, también llamado remo de expedición.
Decidieron que no, que el torrente estaba muy fuerte, pues había llovido mucho el día anterior.
Stookenberry es uno de los más reconocidos kayakistas del mundo con más de 130 primeras expediciones en ríos bravos.
Nouria Newman es una kayakista francesa, medallista de oro, plata y bronce en varios campeonatos mundiales.
Diego Robles es un quichua ecuatoriano que nació y vive en la Amazonía. Se hizo kayakero y guía de turismo.
El lunes 22 de febrero de 2021, Ben Stookesberry, Nouria Newman y Diego Robles, miraron desde un acantilado el río Pusuno. Estaba seco.
―Nunca en mi vida había visto algo así―dijo Ben por WhatsApp el 6 de agosto de 2024, con sus mejores intentos de español. Recordó que ha explorado, en 25 años, cientos de ríos de más de 46 países, varios cruzados por centrales hidroeléctricas y nunca había visto que la crecida de un caudal bajara tanto, al punto de secarse “¡de un día al otro!”
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El río Pusuno nace de las vertientes que corren por las faldas del Parque Nacional Napo Galeras, una parte de la cordillera de los Andes al nororiente del Ecuador. Esta es una serie de altas montañas que tienen volcanes como el Sumaco, Pan de Azúcar y Cerro Negro. Desde la Amazonía alta, en días de sol se pueden mirar sus imponentes siluetas, puntiagudas, hacinadas, nubladas. Desde sus páramos el agua va cayendo por riachuelos o de manera subterránea que de a poco se va juntando hasta formar ríos como el Pusuno que tiene alrededor de 35 kilómetros de largo desde que nace hasta que desemboca en el gran río Napo.
―El río antes era totalmente libre. Era un río salvaje, que corría por la selva. Ahora es un río cruzado por una represa y estamos prohibidos de entrar a sus aguas. Ahora el río está seco, no corre el agua por la represa, lo que está causando problemas. Ahora, incluso los comuneros ya no tienen el agua para su vida diaria―dice Diego Robles indignado, por teléfono.
El dique al que se refiere Robles es la central hidroeléctrica Pusuno, manejada por la empresa privada Elitenergy S.A. El 12 de enero de 2019 el Estado ecuatoriano declaró operativo el proyecto.
De acuerdo a la página web de la Constructora Villacreces Andrade S.A (CVA), la potencia instalada de la central hidroeléctrica es de 39.5 megavatios que serían alrededor de 224 gigavatios hora por año.
El proyecto hidroeléctrico Pusuno tuvo varios retrasos en su construcción que no permitió cumplir con los hitos establecidos en su respectivo contrato. La CH PUSUNO finalmente entró en operación en diciembre del 2018. En el primer año completo de operación, en 2019, la CH PUSUNO de 39,5 MW tuvo una producción de energía neta de 211,53 GWh de electricidad, equivalente a un factor de eficiencia de 0,61 y una generación continua durante todo el año de 24,15 MW. La energía producida fue entregada al servicio público y vendida en un precio promedio de USD $6,51 centavos/kWh, equivalente al valor de 13’773.942,23 de dólares.
CVA es una empresa privada, lo que significa que vende la energía eléctrica producida al Estado ecuatoriano. Elitenergy S.A es parte del Grupo CVA, un gran consorcio de actividades de construcción e ingeniería. La relación entre empresas y accionistas asociados con la CH Pusino es igual de complicada y enredada que una cuenca hidrográfica.
El caudal ecológico del río Pusuno debería ser de 1 metro cúbico. Moradores dicen que no se respeta el caudal y el río se está secando. Foto: Cortesía.
El gerente general de Elitenergy Generación Eléctrica es Pablo Sebastián Castro Semanate, quien fue presidente de la compañía de generación eléctrica San Francisco que, en 2019 paralizó la construcción de su central hidroeléctrica debido a que la Corte Provincial de Pastaza le revirtió los permisos ambientales aduciendo que vulneran los derechos de las comunidades de la zona alrededor del río Piatúa.
Castro Semanate también fue presidente de la empresa Anzuenergy S.A., la cual, de acuerdo con la Superintendencia de Compañías, tiene una inversión de 800 dólares. Roberto José Villacreces Oviedo consta como Gerente General.
Villacreces Oviedo es, a la vez, presidente ejecutivo de Elitenergy S.A., la empresa que maneja la hidroeléctrica Río Pusuno. Además es Gerente General de Nextproduct S.A.S y Elitebusiness Comercio y Servicios S.A. empresa que, a su vez, es la accionista de Anzuenergy.
Villacreces Oviedo es también presidente de Amazonas Mining, Compañía Agroinmobiliaria Adelphos S.A. (la otra accionista de Anzuenergy), Petgas Negocios con Terceros Ecuador S.A. y Compañía Minera Río Claro.
Robertó José Villacreces Oviedo es el actual presidente ejecutivo de CVA, el gerente general se llama Galo Xavier Balda Santos. CVA tiene un capital de 1 millón ochocientos dólares. Se dedica, como actividad principal, a la construcción de todo tipo de obras civiles como autopistas, puentes, aeropuertos, túneles, carreteras.
Tanto Elitenergy, como CVA y Anzuenergy comparten los mismos números telefónicos, mail y dirección comercial en la ciudad de Quito. Intentamos contactar a los voceros de las tres empresas tanto por teléfono como por los mails que comparten pero hasta el cierre de esta edición no obtuvimos respuestas.
Fuente: SERCOP
CVA mantiene 7 contratos con el Estado Ecuatoriano, entre 2011 y 2021, de acuerdo con el Sistema de Compras Públicas (SERCOP), que suman más de 31 millones de dólares. CVA tiene 3 contratos con el Gobierno Provincial de Napo, 1 con la Prefectura de Pichincha, 1 con el Gobierno Provincial de Orellana y 2 con la Empresa Pública de Sectores Estratégicos.
Fuente: SERCOP
“El proyecto Hidroeléctrico Pusuno cumple con los estándares sociales, ambientales, laborales y humanos más exigentes de la legislación local e internacional” se lee en la página web de CVA.
En el terreno, la situación del río es más turbia
Los pobladores de Alto Pusuno se reunieron en la casa de Blanca. A pesar de tener un Estero cerca, Blanca no tiene agua en su vivienda. Foto: Cortesía.
Son las cuatro de la tarde del domingo 19 de marzo de 2023. Hay una pequeña concentración de personas en el terreno que colinda con el área de parqueadero de la maquinaria pesada de la empresa CVA, en la zona del Alto Pusuno, donde está ubicada la central hidroeléctrica. Su propietaria es Blanca Gómez.Blanca usa un saco negro con rombos dorados y una gorra azul que aprieta sus canas enruladas. Su casa es de dos pisos, el primero de cemento y el segundo de maderas sin lacar, peladas por la humedad.
―De las ofertas que nos ofreció la empresa eléctrica (CVA) no se ha cumplido ninguna. Dijeron que nos iban a dar agua, yo solo tengo una manguerita. Nos cortaron el paso a los terrenos de los vecinos. Yo tenía el paso por 40 años. Queremos algún favor para nosotros. Dijeron que nos iban a dar carretera, tampoco hay ―dice Blanca mientras se saca y se pone la gorra.
Blanca vendió 2 hectáreas de su terreno a CVA, pero dice que se tomaron 4 hectáreas, por las que le pagaron 1600 dólares.
―Yo les dije: pero si les he vendido solo dos ¿por qué se cogieron cuatro? Y siempre me responden “es que por aquí debe pasar la línea (de transmisión eléctrica). Yo les reclamé, les dije que al menos me redondeen a dos mil (dólares) me dijeron que para qué quiero más y me amenazaron con ir al municipio. Qué vayan, les dije.
Blanca se arrepiente de haberles apoyado al inicio.
―Ellos llegaron en 2012 a socializar. La mayoría de los habitantes eran los abuelos quechuas que no sabían mucho español. Los señores de la empresa les ofrecían caramelos, trago y les hacían firmar contratos por tonterías. Por ejemplo, a los padres de un vecino, le compraron media hectárea por 900 dólares, dinero, que dice, nunca recibieron. Compraron pocas hectáreas y usaron más; otro ejemplo, al vecino Patricio Yumbo le compraron dos hectáreas, pero se le tomaron diez― cuenta Klever Rodríguez, el 8 de mayo de 2024. Su chat está lleno de documentos y fotos. Habla con rabia.
Klever es uno de los comuneros que más ha luchado contra lo que cree que son abusos de la empresa CVA como no permitirles el paso a sus propios terrenos, bloquear los caminos vecinales y tomar tanta agua del río para su represa, que no dejan agua para el consumo de las 8 comunidades asentadas en la zona alrededor de la Hidroeléctrica Pusuno.
Klever fue detenido en enero de 2023 cuando una parte de los pobladores hicieron tres días de protesta en uno de los pasos vecinales tomados por la empresa. Al tercer día llegó la policía y se lo llevaron preso a Klever, acusado de terrorismo.
“La empresa dijo que habíamos paralizado un servicio público, cuando nosotros estuvimos en una protesta pacífica en nuestro territorio, en nuestras fincas invadidas. No estuvimos cerca de alguna parte sensible para el funcionamiento de la hidroeléctrica. Estuve un día en la cárcel de Archidona, pero al no tener la empresa evidencia el juez me dejó en libertad, pero hasta la fecha no puedo archivar ese caso…” Esto escribe Klever por mensaje, entre los audios y los documentos.
Junto a la casa de Blanca, existe un canchón con maquinaria pesada de la empresa Elitenergy. Foto: Cortesía.
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Esa húmeda y pesada tarde del domingo de 2023 en el terreno de Blanca Gómez, estuvo Patricio Yumbo, de quien Klever contó que CVA se extendió por más hectáreas de terreno de las que pagó. Estaba junto a Blanca. Yumbo vestía una camisa azul que parecía negar el calor soposo de la Amazonía, de su pecho colgaban unas gafas oscuras, tenía la mirada seca.
―No podemos sembrar, no podemos construir, hay daños ambientales, esteros secos. El último paro fue el 18 de enero de 2013. Tomamos la decisión de hacer paro y la empresa optó por denunciarnos y traer policías desde Quito, desde Capital. Un compañero fue ilegalmente detenido. Queremos pasar por nuestras propiedades con dignidad―dijo Patricio Yumbo.
Nos invitaron a conocer su zona. Las vías eran de piedra y grava, con cráteres enormes. Alrededor nuestro iba y venía una moto. “Es mi sobrino” dijo uno de los comuneros “él es jovencito y trabaja para la hidroeléctrica. Ahorita nos está vigilando, porque la empresa tiene gente que le avisa si invitamos a medios de comunicación o a personas, pero es sobrino, sigan nomás”.
El camino de la comunidad de Alto Pusuno termina en unas puertas que no dejan que los habitantes pasen a sus terrenos. Foto: Cortesía.
Los habitantes de la población de Alto Pusuno veían de reojo nuestro paso, o se asomaban sigilosos por las ventanas sin vidrios de sus casas de madera. La tensión era visible. El final del carretero eran dos puertas de reja con un cartel rojo de plástico que decía en letras blancas “PROPIEDAD PRIVADA”. Al lado, otro cartel rezaba “CUIDADO CON EL PERRO”.
Dentro había alrededor de una decena de retroexcavadoras, varios contenedores blancos y, al fondo, al menos 10 camiones y camionetas. El único sonido era el de las gallinas del terreno de doña Blanca. Los comuneros susurraban quejas.
Gloria Avilés, mujer quichua, nos invitó a pasar por un puente que cruza sobre el río Pusuno. Vino en compañía de sus padres, que no hablaban español, pero querían contar cómo se han visto afectados por la Hidroeléctrica. Fuimos y debajo del puente había un riachuelo lleno de grandes piedras.
Sus padres, hablaron
Terminaron su testimonio y se fueron a su casa a varios metros de una de las instalaciones de la central. En su vivienda, no hay luz eléctrica.
El río está seco, pero las tuberías de presión inundan las orillas
El 2 de abril de 2023 llegaron videos a WhatsApp en el que se veía una caída enorme de agua turbia. Los comuneros dijeron que sus terrenos se estaban inundando.
Tres días después un técnico del Ministerio de Agricultura hizo una inspección de campo y verificó que un tubo de presión de agua de la hidroeléctrica manejada por la empresa CVA había explotado. Se determinaron 400 metros agrícolas afectados con 64 plantas de diferentes especies cultivadas. También el daño de pastos. En el informe se dice que los productores reportan pérdidas por 5 mil dólares. El técnico certificó que debido al arrastre de material por la fuerza del agua, el terreno no se encontraba en condiciones óptimas para realizar algún tipo de actividad agrícola.
Entre los afectados estuvo Blanca Gómez. Los productos que iba a vender al mercado, como banano, fueron destruidos. Los vecinos dicen que recibió 200 dólares por parte de CVA.
El exdefensor del Pueblo de Napo, Andrés Rojas, confirmó que no hubo ninguna sanción a la empresa por esto.
En la Defensoría del Pueblo de Napo existe un expediente que Andrés Rojas dejó abierto por denuncias contra la empresa CVA por incumplimientos del Plan de Acción, por no cumplir los arreglos estructurales que determinó el Ministerio de Ambiente que debió hacerlo en 2022 y porque los comuneros han mostrado que usan tanta agua del río para su represa que existen 9 kilómetros de río seco, vacío, con sed.
Dentro de la investigación Defensorial se cita la inspección del Ministerio del Ambiente del 23 de agosto de 2022 en el que se le notifica al representante legal de Elitenergy Generación Eléctrica S.A., Roberto Villacreces, que el proyecto no cumple con los requisitos técnicos y legales establecidos en la Normativa Ambiental. Entre los hallazgos constaba el vaciado de manera irregular del agua del Embalse 1. Descarga directa de aguas residuales sin previo tratamiento y con tubería expuesta. Falta de implementación de disipadores de energía en la Casa de Máquinas. Un tubo de metal de 20 pulgadas de diámetro expuesto en medio del río. Entre otros problemas.
El 9 de octubre de 2022 el Ministerio de Ambiente hizo otra inspección y se determinó que había fisuras en los canales de conducción de agua desde la captación hasta el embalse,un talud inestable junto al canal del agua y que se seguía vaciando de manera desordenada el embalse.
― Hasta ahora la empresa no da solución a los problemas detallados en este informe―insiste Klever―. Dijeron que ya estos arreglos están en trámite y se dieron las vueltas hasta que les validen el nuevo Plan de Acción y la Licencia Ambiental.
El 23 de febrero de 2023, el Ministerio de Ambiente aprobó el nuevo Plan de Acción presentado por Elitenergy S.A. luego de que la empresa presentó una lista de 7 propuestas de soluciones.
―Gracias a nuestra acción, hicieron la inspección. Ahí saltaron el temas de los canales no cerrados que pone en riesgo a los mismos trabajadores, a la fauna, a los habitantes. Ante esto la empresa presentó una lista de propuestas, no soluciones. Aun así, el Ministerio de Ambiente les aprueba el Plan de Acción y les pide que en seis meses arreglen los inconvenientes. Cualquier puede venir hoy, que desde la carretera se ven los canales abiertos, las fallas, el río seco―dice Kleber en el último mensaje de chat.
Francisco Rodríguez fue parte de un grupo de pobladores que hicieron un paro en sus mismas propiedades reclamando que la empresa que maneja la CH Pusuno no les permite entrar a sus propios terrenos. Rodríguez cuenta cómo la división es una política de la compañía Elitenergy.
Solicitamos al Ministerio de Ambiente la información sobre el cumplimiento de las siete propuestas de soluciones por parte de la empresa, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.
Río Pusuno: Conozca la Comunidad, se llama un documental realizado por Ben Stookesberry, Willie Henkel y Diego Robles. En febrero de 2024 fue elegido como mejor film de remo ambiental en el Paddlin Film Festival de Toronto. Una de las primeras tomas de esa película sobre el vaciado del río Pusuno fue la de ese martes, cuando Ben Stookesberry, Nouria Newman y Diego Robles, miraron desde un acantilado el río seco.
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