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Foto del escritorElena Mejía

Paco Salazar: El ingeniero que ve en Quito una ciudad inclusiva dentro y fuera de las centralidades



Sin más preámbulos, luego de estas jornadas ¿Cómo ves al PUGS?

Existe un esfuerzo importante por racionalizar el uso de las herramientas y por enfrentar los problemas espaciales... Pero no se enfrentan problemas sociales. El PUGS debe discutirse con la gente para que este sea más democrático y no caer en un modelo especulativo del suelo.


El modelo de la ciudad llamado policéntrico o el de las centralidades es la apuesta del PUGS ¿Es en realidad esa la solución a la expansión de la capital?

Quito es una ciudad expandida, por así decirlo, y la visión de la centralidad trata de darle un giro a una ciudad compacta de 15 minutos. Las centralidades podrían funcionar muy bien a futuro, si se piensa en políticas sociales y económicas acordes a su fortalecimiento. Por eso las centralidades no se pueden resolver sólo en lo espacial, es decir en el mapa, sino corremos el riesgo de tener una ciudad compacta pero no inclusiva. Por ejemplo, se tiene que cuidar donde se distribuye y el gasto y el ahorro en estas centralidades.


Soy un poco escéptico hasta ahora del modelo planteado como centralidades. No es la primera vez que se habla de compactar la ciudad, se hizo en el 2006 en la alcaldía de Paco Moncayo. Quito apuesta a este modelo desde hace mucho tiempo. Los primeros Planes de Uso y Ocupación del Suelo del 2008 ya tenían un tímido modelo de centralidad, pero en el 2016 en la administración de Rodas se hicieron más obvios. La ordenanza 210 de Mauricio Rodas es un claro ejemplo de este impulso, lastimosamente con un sentido favorecedor en exclusivo a las grandes constructoras.


Por esto al equipo que hoy trabaja el PUGS, la condición de centralidad les venía predefinida del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) este plan lo hizo un equipo de la secretaría de planificación y otro equipo hace el PUGS.


La centralidad y por ende la ciudad compacta quiere edificar más y más alto. ¿Es este el único camino para el modelo propuesto?

La democratización del territorio tiene que jugar a la distribución equitativa no puede ser solo doblar la edificabilidad. El distribuidor lógico es el municipio. ¿Dónde está el tamaño de la economía para hacer un edificio de cuatro y seis pisos? Hay que mirar a la escala. Desde mi punto de vista de experto en economía urbana, existe un error en el posible negocio inmobiliario. De la forma como lo veo este modelo de edificar más alto se estaría pensando solo para 10 empresas con la capacidad de construir estos mega edificios. Es decir, no sería un modelo más democrático para todas las empresas constructoras incluso las más pequeñas.


Entonces me pregunto ¿Hablamos de crecer en altura alrededor de Carapungo? Esta centralidad no necesariamente necesite edificios de 16 pisos, tal vez solo de 12. Pero lo que necesite aún más es que en este lugar exista una matriz bancaria. Queremos que en esta centralidad viva el gerente o el vicepresidente del banco. ¿Se ve un gerente viviendo en Carapungo? Por eso es lógico pensar que esas decisiones sociales y económicas no se van a responder mirando solo lo espacial. El riesgo de lo espacial es que como ya lo vemos hoy en el actual Plan de Uso y Ocupación de Suelos es que los errores recien se pueden ver después de 12 años.


Es por esto, por lo que debemos pensar si edificar en altura sin conocer una demanda real, no producirá el efecto de la ciudad abandonada. El urbanismo de altura se abandona sino considera el tema socioeconómico. Por ejemplo, la 10 de agosto, Santa Prisca, la Alameda tiene edificios abandonados. Existen otras formas de hacer hábitat. La vivienda pública. La vivienda de cooperativas.


Entonces ¿Quién tiene derecho a la ciudad?

La ciudad debe diseñarse desde un conjunto de derechos, desde que un anciano tenga un espacio adecuado para caminar hasta el derecho al trabajo. Por esto densificar la ciudad a través de construcciones más altas no es la única solución al Quito extenso. No debería ser tanto nuestra preocupación la densidad poblacional sino la capacidad para tener espacios de ocio que no sean centros comerciales. Es un cambio de paradigma a una ciudad verdaderamente inclusiva dentro y fuera de las centralidades.


Por esto también pienso que falta un lineamiento político para que las herramientas no sean genéricas. Y para afinar esas herramientas generalistas es importante la participación ciudadana. En la participación está el verdadero derecho a la ciudad. Por lo tanto, es necesario aterrizar al territorio con un procedimiento pedagógico y más amplio. Son 1600 barrios y no podemos pensar que todos son homogéneos.


Así mismo es importante tomar el PUGS por lo sectorial. La visión socioeconómica es una, pero existen otras como la ambiental, la psicológica, la antropológica, la cultural. etc. ¿Qué piensan estos grupos de pensamiento sobre la ciudad? Es indispensable conocerlo.


Durante las reuniones tu pusiste el tema socioeconómico sobre la mesa, pero ¿Cómo ves el tema ambiental que se discutió tanto?

El tema ambiental muchas veces se ha convertido en el “greenwashing” de la ciudad. Y por esto es indispensable que se distinga el verdadero encaje de la naturaleza para las personas. Como hemos visto en estos últimos tiempos lo ambiental es usado como una estrategia del capital, por ejemplo, un caso es el tema de eficiencia ecológica de las construcciones, donde cambiamos altura por focos ahorradores traídos de China. Entonces es importante no perder el sur y evitar desviar la atención de los problemas estructurales sociales y ambientales por soluciones que solo suenan bien.

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