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Foto del escritorFranklin Vega

¿Por qué en Galápagos se bebe agua con excrementos?

En Puerto Baquerizo Moreno y Puerto Ayora las aguas servidas no se tratan y terminan en el mar. Una parte de los desechos se depositan en un relleno sanitario en la isla Santa Cruz. El presidente Guillermo Lasso ofreció una solución cuando anunció la nueva Reserva Marina de Galápagos. Héctor Napolitano hizo una canción sobre este problema "Un mojón en la marea" en el 2004 y la situación no ha cambiado.


Whitman Cox, guía naturalista y vecino de puerto Baquerizo Moreno, junto al tubo por el cual se botan las aguas servidas en Bahía del Naufragio en San Cristóbal. Foto: Franklin Vega


Si le da pereza leer esta nota, escuche la canción de Héctor Napolitano “Un mojón en la marea”, solo tome en cuenta que mojón es otro nombre para decir caca, tuza o mierda. Y sobre eso es lo que trata esta nota, sobre los excrementos que se vierte en las dos principales bahías de Galápagos: Puerto Baquerizo Moreno (isla San Cristóbal) y Puerto Ayora (isla Santa Cruz). Si es muy susceptible a hablar sobre el agua con caca, mejor no siga leyendo.


Al caminar en puerto Baquerizo Moreno, el centro poblado de la isla San Cristóbal, la capital provincial de Galápagos, afloran fuertes contradicciones y olores. Por un lado, la mayoría de restaurantes y comercios son de pobladores locales, descendientes de los primeros colonos de las islas (colonos, no pobladores ancestrales como dijeron el otro día). Pudiera ser el paraíso para el turismo de base local por sus atractivos naturales, si no fuese por el olor a excrementos que se percibe más fuerte en la playa de los Marinos, al sur de Bahía del Naufragio.


La otra contradicción es que de todas las islas habitadas de Galápagos, solo San Cristóbal tiene fuentes de agua dulce, ubicadas en la parte alta. Según el Gobierno Autónomo Municipal de la isla, son cuatro captaciones: Chuquimarca, Cerro Gato, Los Americanos, El Platanal, en conjunto brindan cerca de 30 litros por segundo. De estas, la captación de Chuquimarca aún no está operativa.


Por este tubo que está frente al Municipio de Puerto Baquerizo Moreno, isla San Cristóbal se descargan las aguas servidas al mar, en la Bahía del Naufragio. Foto: Franklin Vega


Es decir, que San Cristóbal tiene el lujo de tener suficiente agua dulce para sus 10.000 habitantes y los 80.000 turistas anuales que llegan a esta isla. No obstante, disponer no es lo mismo que poder usar sin miedo a enfermarse, hay varios estudios que demuestran cómo el agua que sale de las plantas de “potabilización” se contamina hasta llegar a los hogares con coliformes fecales. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud los coliformes totales y fecales no pueden estar presentes en aguas de consumo humano, una regla que no se cumple en esta isla ni en Santa Cruz.


En un documento del 2014, de la Universidad San Francisco de Quito, se analiza las concentraciones de coliformes fecales en las plantas y en los hogares. También hay reportes del Parque Nacional Galápagos que confirman que existen coliformes fecales en el agua tanto en la salida de las plantas de potabilización como en los hogares.


Henry Cobos, Alcalde de San Cristóbal, reconoce este problema y afirma que tiene su origen hace 35 años, pero que está por ejecutarse el Plan Maestro de agua potable, alcantarillado sanitario y pluvial para su cantón. “Está listo el estudio” afirma. La consultoría que costó USD 300.000 terminó (enlace a compras públicas) pero aún no es recibida oficialmente por el Municipio ni está claro cuándo se ejecutará.


Fachada de la estación de bombeo de aguas servidas en Puerto Baquerizo Moreno, isla San Cristóbal. Desde este punto envían parte del agua para el tratamiento, el resto se vierte al mar. Foto: Franklin Vega


Regresemos a la canción, mientras el Plan Maestro se concreta, “el mojón en la marea, sigue esperando lo que sea”. Al caminar hacia el sur por el malecón, hacia la playa de la Armada, se mezclan el hedor de las heces de los lobos de mar, la “fragancia” de los disolventes utilizados para reparar la fibra de vidrio de las lanchas, el polvo de la fibra lijada de los barcos y el de las deyecciones humanas.


Justo frente al Municipio de Puerto Baquerizo Moreno y la Capitanía del Puerto se esconde a medias una tubería de metal de unas 12 pulgadas. Está cubierta de rocas y para caminar sobre ella es necesario hacer equilibrio como al andar en un sendero estrecho.


Con las rocas negras que emergen del mar, el tubo blanco que luce algunos lunares de corrosión llama la atención, tanto como los olores. Conforme se avanza hasta el filo del mar, se percibe con más fuerza la pestilencia. Del extremo del ducto caen aguas servidas con su tufo característico. Poco importa ver los lobos de mar tomando sol, las crías de lobo lactando o como los piqueros de patas azules y pelícanos se zambullen en un océano, que sustituye el verde por una mancha gris, hedionda que avanza sinuosa bajo la superficie.


Este tema no es nuevo. El pasado 1 de noviembre fue noticia mundial junto con la declaración de la nueva Reserva Marina de Galápagos. El Presidente Guillermo Lasso se comprometió a resolver este problema (video).

Guillermo Lasso el 1 de noviembre del 2021, desde Glasgow, anunció la nueva Reserva Marina de Galápagos y se comprometió a solucionar el manejo de las aguas potables y servidas de la isla San Cristóbal. Foto: Captura de pantalla del anuncio del Presidente Lasso


El alcalde Cobos dice que solamente se requieren nueve millones de dólares para implementar el plan maestro y que está a la espera de la asignación de los recursos. “El Presidente Lasso conoció la situación durante la campaña electoral y se comprometió a dar una solución como lo dijo desde Glasgow en la COP26”.


“Cada loco con su tema, Yo aqui con mi dilema, Parte del ecosistema” Héctor Napolitano,

Siguiendo la canción la estrofa citada arriba, calza perfectamente con la lucha que ha desarrollado Whitman Cox, guía naturalista y habitante de San Cristóbal por solucionar el problema del agua potable y las descargas. Al conversar con él, se confirma que el manejo de las aguas servidas ha sido un tema pendiente desde el inicio de la colonización de las islas.


Por este tubo que está frente al Municipio de Puerto Baquerizo Moreno, isla San Cristóbal se descargan las aguas servidas al mar, en la Bahía del Naufragio. Foto: Franklin Vega


Cox relata como en su isla, la paciencia de los isleños se terminó en el 2014 y un grupo de vecinos puso denuncias en la Fiscalía y hubo la intervención el entonces Ministerio del Ambiente, en la gestión de Lorena Tapia. Parte de las conclusiones es que el agua entubada tiene coliformes fecales en concentraciones mayores a las permitidas y muestra un documento del Ministerio de Salud en el cual consta que se produjeron cinco casos de hepatitis A entre mayo y junio del 2014. “Utilizar el agua entubada es un peligro para la salud, todos debemos utilizar agua embotellada y purificada en bidones si no queremos enfermarnos ni que los turistas se enfermen”, confirma Cox.




Con paciencia y la destreza de un guía, Cox conduce por los lugares donde ha identificado puntos de descarga de aguas servidas. El menciona tres: junto a la playa de la Armada, el ducto frente al Municipio y Punta Carola. Es decir, Bahía del Naufragio se cubre con aguas servidas… Nota: A pesar que el Alcalde Cobos autorizó la entrega de información sobre cuántos son los puntos de descargas de aguas servidas, y la cantidad de aguas negras, aún no disponemos de esas cifras; la nota se actualizará al obtener la respuesta de los funcionarios municipales.


Cox muestra la parte externa de la planta de bombeo de aguas servidas y explica cómo una parte del agua servida se regresa a la parte alta para su tratamiento utilizando energía y liberando más olores. El Municipio de San Cristóbal tampoco indicó qué porcentaje de aguas servidas se logra tratar y cuanto se va al mar.


“Y me voy y ya no vuelvo, Simplemente me disuelvo. Un mojón en la marea Vacilando en el mar". Héctor Napolitano, cantautor

Cerca de la playa de la Armada, se mezclan el hedor de las heces de los lobos de mar, la “fragancia” de los disolventes utilizados para reparar la fibra de vidrio, el polvo de la fibra de los barcos y el de las deyecciones humanas. Foto: Franklin Vega



Puerto ayora, el agua salobre se mezcla con las aguas servidas


Una de las calles de Puerto Ayora, isla Santa Cruz, muestra la huella de los trabajos de alcantarillado. Foto: Franklin Vega


"Hace 20 años cuando llegué a vivir en Puerto Ayora, me dijeron que nunca abra la boca bajo la ducha y que mis partes íntimas las asee con agua embotellada, de bidones”, así MCC una isleña, quien pidió la reserva de su nombre, relata su primer encuentro con el agua de Puerto Ayora, la capital turística de Galápagos.


MCC aprendió “a las malas” ignoró la recomendación y contrajo una infección de vías urinarias muy fuerte, cuyo tratamiento le dejó algunas secuelas. Este no es un caso aislado, parte de los casi 20.000 habitantes de Puerto Ayora saben que el agua entubada no es segura y que, si huele mal, no se arriesgan. La misma advertencia la recibe la mayoría de los 200.000 turistas que llegan a Santa Cruz.


El agua de Puerto Ayora que se desaliniza y utilizan en el pueblo, se obtiene de varias grietas. En realidad, todo el centro poblado se asienta sobre un terreno de rocas que cubren grietas de todos los tamaños y profundidades. Al construir sus casas, se excavaban pozos sépticos, que antes no tenían fondo y las descargas iban a las grietas, que a la larga se mezclaban con el agua del mar.


En la actualidad esta práctica está prohibida y el Municipio verifica que los pozos sépticos tengan fondo… Así, las aguas servidas no se van hacia las grietas, pero cuando se llenan esos pozos, los camiones de la municipalidad (que utilizan bombas de vacío) retiran los desechos y los llevan al botadero de basura en calidad de lodos. Esta acción en la práctica lleva la contaminación a la parte alta y no se conoce hasta qué profundidad se filtran y contaminan.


Detalle de los trabajos de alcantarillado en una calle de Puerto Ayora, isla Santa Cruz. Foto: Franklin Vega


En resumen. Todo Puerto Ayora está sobre un conjunto de grietas con agua salobre que se mezcla con las aguas servidas con la ayuda de las mareas. Lo grave es que también de varias de esas grietas se obtiene al agua de mar que se desaliniza para ser distribuida entre los pobladores.


Según funcionarios del Municipio de Santa Cruz (que pidieron no ser identificados), el agua de que sale de la planta de tratamiento cumple todos los parámetros de calidad. La polución se produce en las tuberías de las casas. Sin embargo, el agua que llega hasta los hogares, hoteles y restaurantes está contaminada. Por eso es frecuente observar en todas las casas y restaurantes bidones de agua purificada que proviene de plantas desalinizadoras y purificadoras privadas. El agua de bidones se utiliza en todo el proceso de elaboración de alimentos, desde el lavado hasta la cocción misma.


Para solucionar este problema, están ejecutando un programa de alcantarillado en Puerto Ayora. Extraoficialmente se indicó que se requieren 20 millones de dólares para construir un sistema que permita manejar el agua potable, el alcantarillado pluvial y el sanitario en el cual se incluye una planta de tratamiento.


Hasta que eso se solucione, MCC utiliza agua de bidones para todo lo que no sea esencial. "Siempre dejo correr el agua apenas abro las llaves, tanto de la ducha como de los grifos. A veces, el olor a excremento llega y sé que ese día no lavaré nada".


Malecón de Puerto Ayora, isla Santa Cruz al amanecer. Foto: Franklin Vega



"Un mojón en la marea", un son a la desidia y la contaminación vigente desde el 2004


Héctor Napolitano en la portada de su disco Pescador de Galápagos. Foto: https://hectornapolitano.bandcamp.com/releases


Lo primero que Héctor Napolitano aclara es que la canción “Un mojón en la marea” fue

una creación colectiva. Participaron Celso García, músico de la isla Isabela, el gringo Jeff (Jeff Fraizer), conocido por ser el dueño de la Casa Rosada de Isabela y él (en este enlace parte de la historia de Napolitano en Galápagos).


Napolitano vivió ocho años en las islas y su vínculo es fuerte. “En Galápagos nació mi hijo Lucas”, reafirma con fuerza. “Hay que reconocer que fuimos los tres, quienes compusimos la canción en el 2004 o 2005”, comenta Napolitano.


La idea original fue de García, quien recorría la playa de Puerto Villamil de extremo a extremo, todos los días durante años; desde el muelle hasta la Casa Rosada. De este vaivén constante al filo del mar, Napolitano dice que fue García quien propuso la imagen de ser un “mojón en la marea”, en una espiral de la cual nada relevante pasaba en Galápagos. “Es una idea muy chola, muy nuestra”, reafirma el artista.


“Tiempo después constatamos cómo se contaminaban fuentes de agua en Santa Cruz, como la Laguna de las Ninfas y en San Cristóbal el mar; si bien en Puerto Baquerizo Moreno el impacto es algo menor porque las aguas negras se vierten directamente en el océano. En Santa Cruz las aguas servidas van a las grietas y se mezclan con el agua que se utiliza en el pueblo”.


Para Napolitano es increíble que no exista solución a este problema durante tantos años. “Han pasado algunos alcaldes sin que hagan nada por solucionar este problema. Somos un país que se acostumbró al descalabro. Tal como están las cosas, con la masacre en las cárceles hemos tocado fondo, estoy seguro que saldremos de esto como país, porque más en la mierda no podemos estar y de aquí tomaremos fuerza”.


"En Ecuador somos candil hacia fuera y oscuridad dentro de nuestra casa". Héctor Napolitano, cantautor


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